Un Gobierno suficientemente grande para darte todo lo que quieres, es lo suficientemente fuerte para quitarte todo lo que tienes”. Thomas Jefferson

POBLACIONES EN LA POBREZA

Al comenzar el siglo XX la población mundial era de aproximadamente mil quinientos millones de personas. El 12 de octubre del último año del siglo el planeta ha llegado a estar poblado por seis mil millones de personas.

El ciclo del siglo, motorizado por gigantescas transformaciones científicas y técnicas, ha registrado marcas de crecimiento demográfico inéditas en las historia y también, desde hace tres décadas, presenta la tendencia inversa, con una progresiva desaceleración del crecimiento poblacional.

A fines de los años sesenta se comenzó a bregar por la disminución de las tasas de crecimiento. Sin embargo, en la mayoría de los países desarrollados muy prontamente se advirtió una notable disminución de la tasa de natalidad, lo cual ha paliado ciertos males a la vez que ha comenzado a inquietar la posibilidad de que produzca un efecto indeseado: el envejecimiento de la población, un fenómeno que a la larga podría impedir que la sociedad mantenga su nivel de desarrollo.
La disminución de la tasa de natalidad puede ser beneficiosa para países en vías de desarrollo que en la actualidad no están en condiciones de brindar alimento y salud a sus poblaciones.
Pero ahora comienza a advertirse que en un futuro no muy lejano una tasa de natalidad negativa agravaría aún más el cuadro social, ya que sería cada vez menor el número de integrantes de la población económicamente activa y creciente el número de habitantes pasivos.
Pero aun reafirmándose la actual tendencia de disminución de las tasas anuales de crecimiento demográfico, las Naciones Unidas han proyectado que la población mundial en los próximos cincuenta años podría llegar a nueve mil millones de personas, muchas de las cuales vivirán en condiciones de pobreza.
Efectivamente, las estadísticas muestran la persistencia de enormes problemas como el que una buena parte de la población no tiene acceso a los bienes y servicios básicos.
Así, en el presente de los 4.800 millones de seres que habitan en países en desarrollo, un 60% carece de saneamiento básico; un 30% no tiene acceso al agua no contaminada y un 25% no cuenta con vivienda adecuada.
Las diferencias entre países y entre grupos sociales dentro de ellos persistirán si no existen políticas económicas y sociales destinadas a brindarles mejores oportunidades de existencia.